Opuesta a la clásica visión del empresario explotador exclusivamente preocupado por los beneficios, encontramos en los últimos tiempos una figura cada vez más valorada y necesaria en las organizaciones empresariales, el líder consciente.

¿Qué es el liderazgo consciente?

Esta nuevo modelo de liderazgo, es capaz de valorar la importancia  y tener en consideración, todos los factores que afectan positiva y negativamente en el resultado exitoso de una organización empresarial (bienestar y felicidad de los trabajadores, sostenibilidad en las actividades, equilibrio personal y profesional propio…).

Por esta razón, el estilo de liderazgo consciente y responsable está fuertemente ligado al concepto de «atención plena» (Mindfulness), mediante el que una persona es capaz de prestar atención simultánea a los diferentes elementos del entorno, algo en ocasiones realmente complicado visto la gran sobreestimulación continua a la que hacemos frente en nuestro día a día (urgencias no tan urgentes, emails, móvil …).

Unido a esto, para ser un buen líder consciente, es necesario tener un profundo autoconocimiento como persona (sobretodo de los valores propios que les mueven y les motivan), reconociendo todas sus fortalezas y debilidades, ya que sin este crecimiento personal previo, es imposible conseguir una conexión emocional con tu equipo que posibilite la alineación de los objetivos personales de cada uno con los de la empresa. «Conócete a ti mismo y conquistarás el mundo» postulaban los griegos.

Beneficios del liderazgo consciente.

Llegar a ser un líder consiente reporta muchos beneficios tanto para la persona que se desarrolla en este estilo, como para la organización en la que desempeña sus funciones:

  • Evitamos estar continuamente en «modo alerta» analizando el pasado y futuro de nuestras acciones, con el consecuente deterioro físico y emocional que ello implica. Esto mismo propiciará la reducción del coste del estrés en la empresa y el reencuentro continuo con nuestra misión e ilusión por el desempeño de nuestro trabajo.
  • Priorizamos nuestra atención en las personas con las que trabajamos, mejorando así nuestra empatía y comunicación fluida con ellas. Esto propiciará mejores ambientes laborales y generación de equipos de alto rendimiento, ya que para convertirnos en sus guías inspiracionales, primero debemos comprender a las personas que nos rodean y a su entorno.
  • Aumentamos nuestra productividad, al centrándonos en un única tarea.
  • Potenciamos nuestra creatividad colaborativa a la hora de tomar decisiones estratégicas junto a nuestro equipo.

En definitiva, ejercer un liderazgo consciente es una gran oportunidad para los cabezas de equipo del siglo XXI, que no solo les reportará muchas satisfacciones tanto a nivel profesional como personal y les hará sentirte como personas plenas, sino que les hará cumplir sus metas profesionales.

Y es que, dirigir una empresa, es una ardua tarea, que requiere de mucho tiempo y esfuerzo y en la que, el líder, afrontado habitualmente por multitud de estímulos, debe aprender a evitar anteponer sus acciones dirigidas a conseguir resultados inmediatos, descuidando factores que traerán muchos más beneficios a largo plazo, no solo para la propia organización sino también para la sociedad y el medio ambiente.