Desarrollo profesional

Tipos de liderazgo empresarial en las organizaciones

¿Existen diferentes tipos de liderazgo empresarial? La respuesta es sí. Te contamos cuales son sus características y diferencias. ¡Léenos!

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Isabel García

HR Consultant

tipos de liderazgo

10 de octubre, 2022

¿Qué tipos de liderazgo funcionan mejor? Cada persona dirige sus equipos de un modo diferente, y lo que funciona con unos puede no funcionar con otros.

Hay diferentes tipos de liderazgo, cada uno con sus pros y sus contras. Trabajo en equipo, motivación y organización son los tres pilares que definen el buen liderazgo.

Sin embargo, no todos los tipos de liderazgo son igual de eficientes. Es más, hay empresas que apuestan por un tipo de liderazgo determinado para mejorar el clima laboral. Vamos a conocer los siete tipos de liderazgo empresarial más destacados, con sus pros y sus contras.

7 tipos de liderazgo empresarial

Para impulsar tipos de liderazgo efectivos, modernos y orientados hacia los resultados, es preciso que exista un previo diálogo entre directivos y trabajadores, en el que queden claros los objetivos del trabajador, para que este pueda organizarse su tiempo y prioridades.

Con base en esta premisa, existen diferentes modelos de liderazgos efectivos que, además de la consecución de los objetivos empresariales, impulsan el desarrollo personal y profesional de los trabajadores.

Los tipos de liderazgo efectivos se fundamentan en legitimidad, recompensas, capacidad coercitiva, figura de referencia y en la experiencia. Veamos, pues, cuáles son los más eficientes.

1. Liderazgo democrático

Conocido también como liderazgo participativo, sirve para dar relevancia a los empleados. Quiere impulsar la participación de los trabajadores, teniendo en cuenta sus opiniones y propuestas.

La comunicación interna es fundamental para su éxito. La última palabra es del líder, pero la suma de opiniones ofrece una visión más amplia.

Precisamente el impulso a la comunicación interna es una de sus grandes ventajas. Los empleados ganan autonomía sin tener que liderar, y se refuerza la dirección entre el líder y la plantilla.

Así, también se impulsa el sentimiento de pertenencia y la motivación de los empleados. Todo el mundo puede ofrecer su punto de vista.

En el otro lado de la balanza están las dificultades para alcanzar consensos. No siempre es fácil acordar una posición, y esto puede lastrar este modelo de liderazgo. Si esto pasa, los procesos se ralentizan.

Otro obstáculo es el carácter de algunos empleados. Prefieren quedar al margen que exponerse a las críticas en las reuniones.

2. Liderazgo autocrático

La antítesis del liderazgo democrático es este modelo. Se basa en las ostentaciones de poder por parte del jefe, que no admiten réplica. ¿Podemos hablar de liderazgo?

No exactamente, pues suelen generar estrés entre los empleados, reducir su autoestima, etc. Se resume en que los jefes mandan y los trabajadores obedecen.

Si hay que buscar una ventaja frente a otros tipos de liderazgo es la rápida toma de decisiones. El hecho de que el jefe mande implica que no hay discusión. Así, a corto plazo puede funcionar. Otra cosa es el largo plazo.

Además, sobre el papel, la responsabilidad del fracaso no debería caer sobre los empleados: será del jefe.

Pero hay que mirar más allá del futuro inmediato, y a largo plazo es contraproducente. Como hemos visto, puede generar malestar entre los trabajadores, afectando negativamente su desempeño.

La desmotivación y el mal ambiente de trabajo son habituales, y estos no podrán dar rienda suelta a su creatividad.

3. Liderazgo laissez-faire

Se trata de un modelo de liderazgo donde se ofrece libertad a los trabajadores. El objetivo son los resultados, el procedimiento es secundario. Para ello, el jefe adopta el papel de coach.

Aunque los empleados son libres, este puede orientar, aconsejar o marcar unas pautas. Eso sí, nunca impondrá su criterio, sino que quedará en manos de los trabajadores.

Este tipo de liderazgo empresarial acostumbra a generar un buen clima laboral. Se crea una atmósfera de aprendizaje y crecimiento que resulta motivadora para los trabajadores.

Estos están comprometidos con su líder, con el proyecto y la organización. Han encontrado una vía de crecimiento, profesional y personal.

Para que sea efectivo, necesitamos trabajadores dispuestos a salir de su zona de confort. Cuando los trabajadores tienen poca iniciativa y prefieren seguir órdenes, este modelo presenta dificultades.

Tampoco funcionará cuando el equipo con el que contamos no tiene la experiencia necesaria, pues serán incapaces de tomar la mejor decisión.

4. Liderazgo transaccional

Los incentivos económicos son los grandes protagonistas de este estilo de liderazgo. El jefe ofrece una serie de recompensas a su plantilla por la conquista de objetivos.

Así, el trabajador ve compensado su trabajo y el líder se asegura de tener a la plantilla motivada para que cumpla con los objetivos encomendados.

Precisamente estas son las dos grandes ventajas de este modelo de liderazgo. Por una parte, nos aseguramos de acabar el trabajo a tiempo.

Por otra parte, la plantilla está motivada para conseguir sus objetivos. Se trata de un modelo muy eficiente a corto plazo, aunque pierde en el medio y largo.

¿Por qué? Porque no estimula el engagement trabajador-empresa. Los empleados pasan a ser algo parecido a mercenarios a la caza de la recompensa ofrecida.

Además, se crea un contexto poco propicio para la innovación y las nuevas ideas. Nadie se esforzará por innovar, se hará lo justo para alcanzar la recompensa. Y si no la hay, el rendimiento caerá.

5. Liderazgo transformacional

Finalmente, tenemos este tipo de liderazgo basado en el capital humano. Los responsables de la organización saben que la transformación de la empresa será imposible sin el compromiso de sus empleados.

Para ello, apostarán por la comunicación interna y la implicación de todo el equipo de trabajo.

En este caso, sí que se produce una clara motivación laboral. Estos ganan confianza en sí mismos, autoestima, y crecen personalmente.

Bien ejecutado, este liderazgo ayuda a crecer a unos profesionales que superarán las expectativas. Impulsa el trabajo colectivo, y el equipo ve en su líder a un referente.

Una vez más, la nula predisposición de algunos trabajadores puede ser su principal hándicap. Por ejemplo, aquellos empleados más individualistas. Una burocracia excesiva será una barrera importante.

Si hay reglas o unos protocolos rígidos para determinadas actividades, este liderazgo está condenado al fracaso.

6. Liderazgo situacional

Este modelo de liderazgo se fundamenta en cuatro estilos. La empresa elige cuál de ellos implementar y este debe coincidir con el nivel de preparación de los colaboradores.

  • El estilo delegador traslada algunas responsabilidades a los colaboradores en la toma de decisiones.
  • El estilo directivo supervisa el cumplimiento del trabajo y la correcta consecución de este.
  • El estilo participativo se fundamenta en la motivación y confianza del equipo, al cual se le permite compartir sus ideas.
  • El estilo persuasivo se basa en la comunicación fluida en el equipo de trabajo, que sirve de motivación a los empleados.

Entre las ventajas del liderazgo situacional, destaca la capacidad de adaptarse a las necesidades y habilidades de cada colaborador. Lo que permite fomentar su desarrollo y motivación.

Asimismo, este modelo puede mejorar la eficiencia y eficacia del equipo al utilizar diferentes estilos de liderazgo según la situación y las necesidades.

Sin embargo, el liderazgo situacional también presenta ciertas desventajas. Por ejemplo, es necesario realizar una evaluación constante del nivel de preparación de los colaboradores, lo que puede resultar complejo.

Por último, puede ser difícil de implementar si los líderes no tienen las habilidades necesarias para adaptarse a diferentes estilos de liderazgo según la situación.

7. Liderazgo Vroom-Jago

Al igual que el tipo de liderazgo situacional, este modelo se fundamenta en cinco estilos, que varían en función de los factores de situación que inciden en la empresa.

  • El estilo de consulta individual, donde el líder consulta su parecer al equipo de uno en uno.
  • El estilo facilitador, en el que priman los límites establecidos por el líder.
  • El estilo de decisión, donde el líder toma las decisiones de forma unilateral.
  • El estilo delegador, en el cual el líder delega en el equipo de trabajo.
  • El estilo de consulta, por medio del cual el líder consulta con el equipo de trabajo las decisiones a tomar.

Entre las ventajas del modelo de liderazgo Vroom-Jago, destaca la capacidad de adaptarse a los factores de situación que inciden en la empresa, lo que permite una mayor eficacia en la toma de decisiones.

Sin embargo, también presenta ciertas desventajas. La elección del estilo de liderazgo puede ser compleja, ya que requiere una evaluación constante de los factores de situación que inciden en la empresa.

Además, algunos estilos pueden generar falta de claridad en la comunicación y falta de coherencia en la dirección y el cumplimiento de los objetivos de la empresa.

Refuerza los diferentes tipos de liderazgo con software

Para que estos tipos de liderazgo funcionen con éxito, es fundamental una correcta gestión del talento humano. Si no invertimos en él, la empresa no progresará.

En este sentido, un software de RRHH como Sesame HR nos será de gran ayuda. La capacidad de adaptarnos al talento también será clave.

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