¿Por qué no me puedo conformar con el trabajo que tengo? Esa es una de las grandes frustraciones que puede acaecer sobre nosotros en algún momento de nuestro desarrollo profesional.

Puede ir más allá de un simple puesto, afectando directamente al ámbito en el que nos encontramos como empleados. Aparentemente lo tienes todo: estabilidad, buenos ingresos, lo desempeñas de forma correcta… Sin embargo, la frustración sigue ahí.

¿A qué se debe esta frustración?

  • Factores externos: escapan a tu control. Tienes un mal jefe, no existe una buena conciliación, el ambiente laboral es demasiado tóxico… En este caso puedes proponer mejoras a través del apartado de sugerencias de la empresa, proponiendo herramientas digitales que favorezcan un mejor rendimiento… Y si realmente la cosa no mejora, te animamos a que des el paso y busques otro puesto de trabajo. La ventaja es que ya tienes experiencia y estás a gusto dentro de esos campos, así que puedes venderte mejor a las empresas.
  • Factores internos: en este caso necesitas analizarte por dentro. ¿Qué es lo que en tu interior no deja desarrollarte?

Lo que dice la psicología

Dentro de nosotros podemos encontrar dos tipos de «yo»:

  • El «yo externo/social»: es el que busca la integración dentro de un grupo. Este también está pendiente de las expectativas que el resto tiene de su persona y se preocupa por encajar en el modelo social que nos ha tocado vivir.
  • «El yo interno/esencial»: hace alusión a nuestra personalidad, deseos, instintos.

¿Qué podemos hacer para eliminar esta frustración?

Si te has dejado llevar por el yo social es hora de ponerse manos a la obra para satisfacer tu yo esencial.

La felicidad laboral se encuentra no sólo cuando haces bien tu trabajo, sino ¡cuando te gusta!

Si no puedes hacer un cambio radical porque tu situación personal no te lo permite, ¡empieza por aficiones! Poco a poco quizá puedas convertirlo en un negocio o trabajar en ese campo. Detecta tus talentos y superpoderes que vayan alineados con lo que te gusta y poténcialos con formación.

Cambia el qué va a pasar por el qué voy a hacer.

Una vez lo hayas descubierto y trabajado por ello, estarás más cerca de alcanzar el nirvana profesional.