El precontrato laboral suele darse la mayoría de veces cuando una persona ya tiene un puesto de trabajo pero recibe una oferta atractiva de otra empresa. De esta forma se le otorga al futuro empleado una mayor confianza para cambiar de trabajo con tranquilidad. ¿Estás en esta situación? ¡Atento entonces!

¿En qué consiste el precontrato laboral?

Se trata básicamente de un compromiso de contratación futura. No es un contrato laboral definitivo, lo que significa que no da derecho a cuestiones como el salario, acumulación de antigüedad u obligaciones laborales.

Eso sí, ¡tiene unas consecuencias si no se cumple! Como hemos dicho, al no tratarse de un contrato, no se pueden reclamar los salarios no recibidos, indemnizaciones por despido o las cotizaciones en el caso de haber sido contratado. Sin embargo, sí que se podrá reclamar una indemnización por daños y perjuicios debido a por ejemplo, gastos de mudanza, formación… ¡Ojo! El empleado tampoco está exento en caso de que se incumpla ya que también la empresa podrá reclamar una indemnización por los beneficios perdidos.

El tiempo de reclamación por el incumplimiento del precontrato es de un año desde el suceso. La cuantía se determinará según el caso aunque también puede darse la situación de que haya quedado fijada en el precontrato.

¿Qué se incluye en el precontrato?

Según Randstand, el precontrato incluye:

  • La fecha del contrato de trabajo futuro.
  • Su naturaleza: temporal, indefinido…
  • Condiciones laborales: salario, jornada…
  • Puesto y funciones.
  • Cláusulas de no competencia y/o exclusividad.
  • Justificantes de adquisición de las autorizaciones o licencias necesarias para el desarrollo de la actividad laboral.

Además el precontrato puede acordarse verbalmente o por escrito. Nosotros te aconsejamos esta última opción para que en el futuro no haya problemas y puedan demostrarse los puntos acordados.

¡Cuidado con confundir el precontrato con el contrato diferido!

Aunque en ambos se estipula una relación laboral futura, el contrato de inicio diferido ¡sí es un contrato definitivo como tal! Por tanto, en caso de incumplimiento sí que se aplicarían los procesos del resto de relaciones laborales.

Sin duda, optar por el precontrato puede ahorrarnos episodios de estrés durante el cambio.