Atraer y retener el talento humano en las empresas se ha convertido a día de hoy en una prioridad para las mismas. Para conseguirlo, lo principal es desarrollar una Propuesta de Valor atractiva. Pero, ¿cómo se consigue?
Principales puntos de atracción de talento
Según el informe de Tendencias Retributivas 2018 de KPMG abogados, las principales áreas a trabajar son:
- Puesto de trabajo y contenidos: si son relevantes los proyectos que lleva a cabo, retos, desarrollo profesional…
- Cultura corporativa: si los valores de la empresa se alinean con los del trabajador conseguiremos un mayor compromiso y la marca – empleado se reforzará, contribuyendo a mejorar nuestra reputación corporativa.
El talento busca organizaciones que tienen una marca y valores con los que se identifican y que invierten y desarrollan sus capacidades. (Gallup).
De la misma forma, también es importante que la empresa sea coherente y actúe en base a esos valores. De lo contrario, generará desconfianza.
Una reciente encuesta de las agencias Weber Shandwick y KRC Research entre 2.000 empleados destacaba que sólo el 19% encontraba coincidencia entre lo que se vivía en la compañía y lo que ésta decía públicamente sobre sí misma. (EFE: Empresas).
- Liderazgo: sentirse rodeado de profesionales que le ayuden a crecer a él mismo se traducirá en motivación.
- La remuneración y el reconocimiento: como ya indicamos en un post reciente, el sueldo cobra cada vez mayor importancia para los empleados. Un sueldo equilibrado a sus funciones junto con el reconocimiento de sus méritos se convertirá en un fuerte punto de atracción.
Beneficios de la atracción y retención de talento
Contar con una buena propuesta de valor se traduce varios beneficios:
- Menor rotación laboral (y los costes de reemplazamiento que suponen).
- Mayor satisfacción en los clientes y obviamente, del empleado.
- Incremento de la productividad y la innovación.
- Aumento de la cuota de mercado y en beneficios de la compañía.
La marcha del talento puede repercutir de forma muy negativa a la empresa. Primero, partiendo del déficit de talento de nuestro país, la desmoralización interna, el poco compromiso y por tanto, descenso de la productividad y beneficios. No sólo basta con ser cazatalentos, también hay que saber conservarlos.