«Bueno, ahora que has acabado la carrera, ¿te sacarás el máster no?»; «¿Qué máster vas a hacer?»; «Uy… pues ya puedes ir ahorrando para el máster». Como estudiante a punto de titularme, es la canción de todos los días. Puedes ser la persona más inteligente, resolutiva y trabajadora del mundo, pero como no tengas el máster, parece que pierdes valor profesional ante los demás.

No les culpo, realmente están contagiados de titulits aguda. Sí, aunque algunos no lo creáis, la RAE ha incluido este término debido al peso que ha llegado a tener en nuestra sociedad.

Titulitis. «Valoración desmesurada de los títulos y certificados de estudios como garantía de los conocimientos de alguien

Titulitis vs experiencia práctica

Me resultó curioso al investigar sobre el tema, cómo en un artículo de El Mundo, comparaban los títulos académicos con los títulos nobiliarios. Cuantos más tienes, más estatus parece que adquieres.

El panorama actual está cambiando. No son pocos los jóvenes que acumulan sus títulos en el bolsillo sin encontrar un trabajo. ¿A qué se debe? A que las empresas cada vez miran más la capacidad de resolución práctica de problemas reales.

¡Ojo! Esto no quiere decir que la formación no sea necesaria, sino que es preferible apostar por  aquellos que te proporcionan conocimientos prácticos en la vida real. A través de la experiencia o cuando sepas realmente en lo que te gustaría especializarte, es más acertado decidir qué tipo de curso o titulación es la más adecuada y provechosa para ti.

Es más importante entrar en el mundo de la empresa y hacer carrera que coleccionar títulos. Puede haber algunos puestos en los que sea obligatorio tener un máster, pero es un porcentaje cada vez más bajo. Carlos Abelló, director de Spring Professional. El País. 

¿Qué se busca en los departamentos de RRHH?

En los departamentos de RRHH cada vez ha calado más esta mentalidad convirtiendo el currículum tradicional en algo limitado y teniendo en cuenta otras cuestiones:

  • Prestar atención a las habilidades, talentos y aptitudes.
  • Enmarcarse adecuadamente en la cultura corporativa de la empresa.
  • Capacidad de ser autodidactas, de aprendizaje constante.
  • Actualización en las demandas del mercado laboral.

Para terminar, aclarar que sin duda la formación es importante y no hay que dejar nunca de aprender. Pero no obsesionarse con acumular títulos que no te aporten nada y trabajar en la constante mejora de uno mismo de cara a la vida laboral real, puede llegar a ser mucho más producente.