La mala alimentación afecta al rendimiento laboral, pudiendo verse reducida nuestra productividad hasta un 30%, según algunos estudios realizados.
Muchos son los que se levantan con el tiempo justo para lavarse la cara, vestirse y peinarse, sin dedicar ni un segundo al desayuno. ¿Cuántas veces hemos escuchado que el desayuno es la comida más importante del día? Pues nosotros os lo volvemos a repetir: ¡NO VAYAS A TRABAJAR SIN DESAYUNAR!
DIME EN QUÉ TRABAJAS Y TE DIRÉ QUÉ COMER…
No existe un desayuno ni una dieta ideal para todos. Si lo que quieres es mejorar el rendimiento en el trabajo y el bienestar tendrás que saber cuál es tu situación personal.
- Trabajadores sedentarios. Los empleados están sentados gran parte del día. El gasto de calorías que realizan es muy bajo. por lo que la ingesta de hidratos de carbono deberá ser reducida.
- Trabajos de gran estrés físico. Los trabajadores que hagan grandes esfuerzos físicos tendrán que realizar una dieta que contenga gran cantidad de calorías. En este caso los trabajadores deberán incluir más hidratos de carbonos, vitamina A y carotenoides.
- Trabajos por turnos. Los cambios constantes de rutina y sueño son duros para el organismo. En estos casos la comida previa a la jornada laboral tiene que tener una consistente carga energética.
¿QUÉ SE PUEDE HACER DESDE LA EMPRESA?
Además del puesto de trabajo, el cómo y el dónde comer es muy importante. Comer frente al ordenador debería estar prohibido y las salas de comedor de las empresas deberían estar ventiladas, con luz exterior, ventanas e inclusos balcones o terrazas.
Muchos expertos aconsejan que desde las empresas se incluya un programa de formación alimentaria para los trabajadores.
Por otro lado, debería existir un descanso obligatorio de entre 30 y 60 minutos para comer, puesto que comer rápidamente también afecta de manera negativa a la salud.
¡Si quieres seguir siendo un empleado productivo y ejemplar controla tu alimentación!