Aún existen ciertas normativas dentro de algunas empresas que prohíben y restringen a sus empleados en ciertos aspectos. Actualmente, se está luchando por una mayor flexibilidad en muchos aspectos. Un trabajador al que no se imponen normas absurdas es un trabajador que acude todos los días más feliz y relajado a su puesto de trabajo.
Os enseñamos algunas de las reglas que deberían ser eliminadas:
- Dress code. En ocasiones, se imponen ciertas reglas en cuanto a la vestimenta de los trabajadores. Suelen ser códigos de vestir en los que no se suelen sentir identificados. Hay que mantener unas pautas, pero en muchos casos los empleados irían más cómodos y se sentirían mejor para desarrollar su creatividad si se les permitiese ir a trabajar en vaqueros. También presionar sobre aspectos físicos de la persona que no afectan a la empresa, como el vello facial en los hombres.
- Restringir Internet. Existen páginas que si que merecen censura en los puestos de trabajo, pero en los momentos puntuales de descanso se les puede permitir a los empleados leer algunas páginas de su interés o bien revisar sus redes sociales.
- Utilizar un lenguaje y un trato «políticamente correcto«, ya que los empleados pasan mucho tiempo juntos y su trato en ocasiones pasa a ser amistoso. No se les puede obligar a tratarse con ciertos modales cuando llevan tiempo trabajando juntos y su relación no tiene tanta formalidad.
- Prohibir beber agua. Existen ciertas necesidades físicas de las que no se puede privar a los empleados, como levantarse para ir al baño o beber agua mientras se trabaja. Está en juego la hidratación del equipo, no tiene sentido imponer reglas en estos aspectos.
- Prohibir la movilidad de los muebles de la oficina. En ocasiones, cuando los empleados suelen trabajar en equipos o cooperar entre ellos, necesitan estar moviéndose y juntándose entre ellos para realizar ciertas tareas. Por ello, no se les puede obligar a encontrarse 100% fijos en su puesto de trabajo.
- Control de asistencia y horarios excesivamente estrictos. Existen puestos de trabajo donde el control del tiempo que se ejerce sobre los trabajadores es excesivo, sancionándoles incluso si llegan 5 minutos tarde a trabajar. Para mejorar la flexibilidad y por lo tanto, la productividad, existen herramientas mediante los cuales cada trabajador, al final de la semana, ha trabajado las horas que le pertenecían, pero pudiéndose gestionar del modo que mejor le resulte.