La productividad laboral de las personas puede verse perjudicada por una serie de factores, que sin darnos cuenta, incorporamos a nuestra rutina de trabajo y merman la consecución diaria de nuestros objetivos de forma eficiente.

5 rutinas que merman tu productividad

  1. Ser incapaz de tomar decisiones rápidas

El miedo al fracaso, en muchas ocasiones y sobre muchas personas, afecta a su poder de decisión y eficiencia. La incapacidad de ser resolutivo es necesaria para avanzar en nuestras tareas diarias y por tanto, ser productivos.

  1. No ser asertivo

La asertividad, como ya comentaba José María Gasalla  sobre los impulsores del ser humano, desarrollados por Kalher, es la capacidad que tiene el ser humano para no complacer a todo el mundo y saber decir no sin sentirse mal por ello. Para ser productivos y eficientes en nuestro trabajo debemos aprender a ser asertivos, y saber decir no a encargos o peticiones para los que no nos da la vida.

  1. Buscar siempre la perfección

Nuevamente retomamos una sabia frase de José María Gasalla en la que nos dice “la perfección es enemiga de lo óptimo” y por supuesto, también de lo eficiente. Nadie en esta vida es perfecto, por ello, obsesionarnos con lograr el trabajo perfecto, el informe perfecto o la pieza perfecta solo nos llevará de cabeza a la improductividad. Es preciso saber finalizar los trabajos.

  1. Trabajar demasiado

Dedicar un exceso de horas al trabajo únicamente nos llevará a enfermar. El conocido Karoshi (muerte por exceso de trabajo) así lo demuestra. Y es que la eficiencia del trabajo tiene que ver precisamente en emplear el menor tiempo y obtener los mayores resultados. La mente humana solo es capaz de permanecer concentrada en el desarrollo de una tarea entre 90 y 120 minutos, a partir de ahí es preciso la realización de pausas para evitar fatigas mentales.

  1. No practicar ejercicio

 Meins sana in corpore sano. Cita que por sí sola es capaz de explicar lo esencial que resulta para el correcto desarrollo de nuestra vida personal y profesional la realización de ejercicio de forma periódica y la práctica de una rutina diaria de ejercicio físico, que además aumenta nuestro nivel de energía. Únicamente son necesarios 30 minutos de actividad diaria para generar endorfinas (hormonas de la felicidad), capaces de atenuar el dolor corporal y producir sensación de bienestar. Por tanto, practicar deporte nos carga de energía y felicidad para afrontar nuestro trabajo con eficiencia y alcanzar una alta productividad laboral. 

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