Los prejuicios y los estereotipos son inherentes a la condición humana. Incluso intentándolos evitar, nuestra mente crea esquemas y asociaciones. Los estereotipos laborales de España forman parte de estos idearios colectivos.

Nuestro país tildado de vago

Uno de los mayores estereotipos que sufrimos los españoles es la vaguería en la esfera laboral, y por ende una baja productividad en nuestros puestos de trabajo. Esta idea ha ido en aumento debido a la internacionalización y la expansión de las empresas. Cada vez más las empresas trabajan en mercados extranjeros y muestran al resto de los países sus métodos de trabajo.

Tal es así, que España no forma parte del ranking de los mercados más productivos. Entre las grandes economías nuestro país se sitúa a mínimos de productividad, proyectando un aumento nulo en 2018. El empleo creado a partir de 2013 tiene una productividad inferior al promedio y se prevé aumentos inferiores al 1%.

¿Por qué son ciertos los estereotipos laborales de España?

  • El tamaño de las empresa. El tamaño pequeño de las empresas influye en la capacidad de estas para adaptarse a las nuevas tecnologías y sumarse a la economía digital. De hecho, aumentar el tamaño de las empresas se ha propuesto como medida para hacer frente a la baja productividad, ya que de este modo se pueden aplicar los recursos digitales para optimizar la productividad.
  • Jornadas de trabajo y conciliación. Otro de los grandes problemas para la productividad española es la jornada laboral. España es uno de los países que más tarde acaba de trabajar así como uno de los países con las pausas más largas. ¿El resultado? Una jornada interminable e incompatible con la conciliación familiar. Estos aspectos forman parte de la motivación no económica de los trabajadores.
  • El sueldo de los trabajadores. El suelo medio español se sitúa, también, como uno de los más bajos europeos. Esto supone un descontento generalizado dentro de las empresas, lo que interfiere en la motivación y productividad de los trabajadores. Algunas empresas equilibran la remuneración con nuevos métodos de salario emocional, es decir, conciliación familiar, clima laboral o flexibilidad horaria.

Debemos implementar nuevas estrategias enfocadas a la productividad. Y tú, ¿cómo lo harías?