Mucho se ha hablado de los jefes y los líderes. La tarea que estos realizan es crucial para que los empleados estén motivados y contentos con su trabajo, pero eso no sólo depende de los superiores. Los trabajadores también están en el punto de mira, pues por mucha formación, after work o demás actividades que se realicen, hay algunos empleados que no conviene tenerlos en la empresa.

A continuación os mostramos 7 tipos de empleados que no conviene tener en la empresa y el por qué.

  1. La primera posición es para los perturbadores. Se caracterizan por crear muchos problemas pero pocas soluciones. Además sus daños tienen mayor efecto que sus logros en la organización. Y no hablamos de momentos puntuales, no,no, nos referimos aquellos empleados que no han salido de un lío y ya se están metiendo en otro.
  2. Los que mucho prometen y poco cumplen. Aquellos que creen que pueden hacer cualquier actividad o tarea y que de repente descubren que sus capacidades no les acompañan.
  3. El tercer puesto lo ocupan los empleados que se creen superiores a los clientes. Los trabajadores que no se esfuerzan por crear buenas relaciones con los clientes es mejor que estén alejados. ¡Ojo con el mal humor mañanero! Ganar un cliente es muy costoso y perderlo muy fácil.
  4. Los vagos o poco trabajadores. No es necesario que durante toda la jornada laboral los empleados estén trabajando sin parar, los descansos son recomendables para evitar la fatiga y el estrés. A pesar de ello, hay que evitar a los empleados que están constantemente descansando o posponiendo las tareas; indica que son poco trabajadores y a largo plazo no serán beneficiosos para la empresa.
  5. Los que se escaquean. Con ellos no puedes contar para hacer trabajos duros, hacen ver que sí, pero a la hora de la verdad nunca tiran del carro. Actualmente es recomendable contar con empleados que estén dispuestos a ayudar en cualquier actividad aunque no sea de su campo.
  6. Los quejicas. Cuando un trabajador está constantemente quejándose a sus compañeros y superiores es sinónimo de descontento, y esto puede derivar en tensiones laborales.
  7. En la última posición encontramos a los poco obedientes. Independientemente de que sean normas estrictas o flexibles, están para cumplirlas, pues son parte de la cultura de la empresa.

Así que, ¡ojo con los empleados, no sólo los jefes son los «malos»!

La sentencia de la Audencia Nacional obliga a llevar el registro de la jornada laboral de todos los empleados.