En las horas puntas nos encontramos con carreteras repletas de coches, autobuses y metros abarrotados, gente corriendo para no perder el tren que está a punto de partit. Viandantes que desayunan un café para llevar y esquivan al resto de personas que ocupan la acera.

Si eres de los que cruzan el semáforo en rojo, maldicen si no encuentran sitio para aparcar o se desesperan cuando quedan unos minutos más al siguiente metro. Te preocupa cuándo entras y cuándo sales del trabajo. Te agobian los plazos de entrega. No sabes gestionarte el tiempo. Qué podrá pensar tu supervisor. O simplemente crees que ser el más puntual podrá significar un ascenso o despertar elogios del jefe. La solución no es establecer la prisa como modo de vida.

No se trata de ir corriendo por temor a no llegar a tiempo o no terminar un proyecto. Ser puntual y cumplir con los plazos asignados sí es posible. Hemos investigado y hemos encontrado 4 consejos para llegar a tiempo al trabajo y terminar con la prisa.

1. Identificar por qué has convertido la prisa en rutina

El primer paso es descubrir por qué repites una y otra vez este comportamiento. Si es porque lo dejas todo a última hora, por desorden, por olvido, etc. Pues hay que encontrar una solución a este problema.

Requiere fuerza de voluntad y reducir distracciones, empezar por organizarse e, incluso, empezar a utilizar una agenda o un sistema de alarmas. Cambiar la costumbre de correr por la de autogestionarse el tiempo. Llevar un control de tu jornada y ser independiente.

2. Establece citas que sí puedas cumplir

Hay trabajos con mayor flexibilidad donde uno mismo puede establecer las horas para realizar distintas tareas. Desde un médico para tratar a un paciente, a un fontanero para arreglar una avería, hasta un Recursos Humanos que debe realizar una entrevista a un candidato a una hora concreta.

Se trata de llevar un control de las tareas y asignar citas en momentos donde no habrá ningún problema en llegar a tiempo. Teniendo en cuenta los posibles desplazamientos u otras circunstancias.

3. Averigua cuáles son las horas donde eres más productivo

Y es que hay trabajos flexibles con márgenes de entrada y salida. La puntualidad no es un requisito de la empresa, pero los proyectos tienen que estar a tiempo. Así vuelven las prisas. Averigua cuáles son las horas en las que más productivo eres y dedícate en ese momento a las tareas más importantes que requieran más dedicación. No dejes que la flexibilidad te abrume y conviértela en tu aliada.

4. Compartir las responsabilidades

Otra de las causas de las prisas es el querer abarcarlo todo. Hay personas que no les gusta delegar en otras o se sienten incómodas pidiendo ayuda. Pero cada uno debe ser consciente de lo que sí podrá realizar, pensar en compartir responsabilidades para poder llegar a tiempo y conseguir el equilibrio en el trabajo.