Mucho se está tratando el tema de la reducción de las jornadas de trabajo de 8 horas a 6. Son muchos los aspectos en los que las empresas deberían cambiar para adaptar los horarios pero dichos cambios beneficiarían a la productividad y la satisfacción laboral de los empleados. En países como Suecia están realizando las primeras pruebas para comprobar si realmente sería un cambio positivo. En algunas empresas incluso han adaptado el cambio solo a la mitad de la plantilla para así comparar los cambios entre quienes se benefician de esta jornada reducida y quienes no.

Deberíamos, por ello, tener en cuenta los aspectos positivos que ello aportaría a la cultura del trabajo que tenemos en nuestro país.

  • Está comprobado que de 8 horas que un empleado permanece en su puesto de trabajo, solo es productivo 6. Por ello, se puede ahorrar en el tan odiado presentismo y que tan arraigado tenemos en nuestro país.
  • Aumenta la conciliación familiar.
  • Se ve incrementada la eficiencia de las empresas.
  • La reestructuración de horarios para adaptar las jornadas obliga a la contratación de nuevos empleados para un nuevo turno, por lo tanto disminuye el desempleo, ayudando a que las 6 horas que se trabajen el rendimiento sea máximo.
  • Es posible reducir la jornada laboral gracias a los avances que nos brinda el actual progreso tecnológico.
  • Permite mayor tiempo para poder dedicar a la formación de los empleados.
  • Menos gasto energético innecesario por parte de las empresas. Equipos electrónicos y luces encendidas bajo la presencia de personas que no están produciendo.
  • Disponer de mayor tiempo libre para realizar actividades de ocio, del hogar o dedicar tiempo a la familia hace que aumente la satisfacción laboral de los empleados, lo que beneficia de forma considerable su productividad durante el tiempo que están trabajando.

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