Hace tiempo que la autosuficiencia y la autogestión han comenzado a implantarse en las empresas. Aunque sigue existiendo cierta jerarquía en el organigrama los empleados son mucho más libres para hacer y deshacer en base a los objetivos marcados. Esto es, ni más ni menos, una organización inteligente: el tipo de empresa que está caracterizada por la sinceridad, el trabajo en equipo, la formación cintinua y la capacidad de adaptación. Dado que toda compañía puede llegar a convertirse en una organización inteligente, vamos a repasar las principales características de este tipo de empresa.
Principales características de una organización inteligente
¿Tu empresa es una organización inteligente? Vamos a averiguarlo.
Las organizaciones inteligentes cuidan a sus trabajadores
Sin empleados felices/motivados no hay productividad; sin productividad no hay beneficios empresariales. ¿Fácil de entender, verdad? Por eso las organizaciones inteligentes de preocupan tanto por el crecimiento profesional del empleado y, en consecuencia, diseñan planes de carrera con su correspondiente sistema de ascensos y aumento salarial.
El recurso más valioso para una organización inteligente es el humano. Esto hace posible que el trabajador se comprometa más con la empresa y, por ende, presente mayores niveles de motivación y productividad.
Las organizaciones inteligentes son HONESTAS y TRANSPARENTES con su plantilla
¿De qué sirve ocultar información a tus trabajadores si tarde o temprano se van a enterar de la realidad de la empresa? En una organización inteligente no hay lugar para mentiras y medias verdades. Todos los trabajadores deben tener libre acceso a la información financiera y organizacional de la compañía. Solo así podrás darles la oportunidad de que propongan soluciones a los posibles problemas.
Formación continúa para empleados y directivos
¿Todavía no sabes qué son el Reskilling y el Upskilling y cómo puedes implementarlos en tu empresa? ¡Es hora de ponerse las pilas! Elaborar un plan de formación y capacitación continua es vital para que TODOS los miembros de la plantilla (directivos y no directivos) puedan reciclarse profesionalmente, adquirir nuevas habilidades que le permitan mejorar en su puesto de trabajo y, en definitiva, no estancarse y estar permanentemente actualizados.
Las organizaciones inteligentes son capaces de adaptarse a los cambios
Y por ello se apoyan por completo en la experimentación y la transformación tecnológica de sus flujos de trabajo y medios de comunicación. Una empresa que no se esfuerce por adaptar sus objetivos y procedimientos a la nueva realidad económica y a los nuevos modelos empresariales no podrá llamarse a sí misma inteligente.