Actualmente, y debido a la multicanalidad de la que disponemos en cuanto a comunicación y entrada de información a nuestra vida (vía teléfono móvil, ordenador, televisión, llamadas, redes sociales, correo electrónico…) nos resulta extremadamente complicado mantener la concentración en una tarea determinada, ya que somos interrumpidos y dejamos de lado lo que estábamos haciendo. En este caso, debemos saber que volver a la tarea y concentrarnos en la misma cuesta de media 11 minutos.

Pues bien, el Mindfulness, o atención plena, es una práctica de origen budista, nacida hace más de 2500 años, para tratar el estrés. A Occidente llegó hará alrededor de 30 años como medio para tratar el estrés y el dolor crónico.

Se trata de la entrada en un estado de atención consciente que además es una vía para ser más creativos, aumentar nuestra resistencia emocional y disfrutar de lo que estamos haciendo en cada momento.

Por ello, existen varios métodos de entrenamiento de la atención. Los más conocidos, según El País (ver artículo completo), son los siguientes:

  • La pasa. Empieza con la observación de una pasa, tocarla con los dedos, mirarla, fijarse en sus detalles con todos los sentidos. Introducirla en la boca y continuar examinándola antes de comerla. De este modo fijamos todos los sentidos en una misma cosa, centrándonos en la misma y vertiendo toda nuestra concentración, sin dejarnos distraer por otros canales.
  • Pintar. Parece una técnica infantil, volver al pasado, pero pintar no es solo para niños. Colorear figuras en blanco y negro (a poder ser mandalas, son representaciones simbólicas del universo) hace centrar nuestra concentración, desarrollar nuestra paciencia, aumenta nuestra creatividad.
  • Respiración. La técnica más conocida para lograr la relajación. Existen múltiples ejercicios, el más conocido, como primer paso, sería acompasar la respiración.

Lo más importante de estos entrenamientos es lograr un principio básico, y es la no distracción, que mientras estamos realizando estas actividades debemos olvidarnos de todo, sobre todo del teléfono móvil, principal objeto de distracción, para así después, cuando nos encontremos trabajando, ponerlas en práctica. De este modo lograremos no caer en las redes de la distracción, y lograremos ser más productivos.

Es importante reconocer que las personas solo podemos concentrarnos en una cosa a la vez.

control-horario-sesame