¿Qué es el estrés laboral?
El estrés laboral es un tipo de estrés provocado por la presión en el trabajo, que aparece cuando las obligaciones que se le exigen al trabajador superan su capacidad, de forma que percibe que no es lo suficientemente competente como para tenerlas bajo control. O también por el descontento con las relaciones sociales en el puesto de trabajo.
Se trata de un problema grave que afecta a un 59% de los trabajadores españoles, provocando una reducción de la productividad de las empresas, y un descenso de la calidad de vida de los trabajadores que lo sufren, llegando incluso a provocar en muchos casos la baja laboral.
Es por eso, que es conveniente saber identificarlo para prevenirlo y en su caso aprender a combatirlo con el objetivo de evitar el perjuicio de la salud física y mental de los trabajadores.
Consecuencias del estrés laboral
Las consecuencias del estrés laboral pueden llegar a ser muy graves. No todos los trabajadores reaccionan de igual forma ante un agente estresor, pero estas son las más comunes:
• Reducción de la productividad
• Desmotivación en el puesto de trabajo
• Agotamiento físico
• Irritabilidad
• Frustración por la sensación de no llegar a los objetivos exigidos
• Angustia y malestar en general
• Percepción de jornadas laborales interminables
¿Cómo prevenir el estrés laboral?
Antes de ir a trabajar
- Mide bien el tiempo. Mejora tu rutina matutina. Levantarse con el tiempo justo, sin desayunar y salir corriendo para el trabajo, puede ser un causante de estrés de buena mañana, lo que ya tiene consecuencias el resto del día.
- Organiza tu día, de forma que no tengas que repetir tareas, volver a casa a por algo olvidado o perder tiempo en detalles poco importantes.
En el trabajo
- Prioriza tareas. Siempre hay tareas que son más importantes que otras. Un buen método para reducir el estrés es organizar las tareas de forma que las prioritarias estén acabadas cuanto antes. En el caso de que sea posible, delega tareas que pueden realizar otros empleados.
- Tómate tu tiempo para realizar cada tarea. Siempre es mejor una tarea bien hecha, que 10 a medio hacer o terminadas de manera mediocre.
- Si tienes que realizar varias llamadas telefónicas, procura hacerlas todas juntas, para evitar una constante distracción con respecto al resto de tareas.
- Mantén una buena postura. Aunque parezca mentira, la postura es un factor importante a la hora de reducir el estrés en el puesto de trabajo.
- Descansa. Distráete unos minutos, habla con los compañeros, almuerza, tómate un café. Así contribuirás a aumentar tu productividad, pues los descansos ayudan a despejar la mente.
- Organiza tu lugar de trabajo. Aunque no nos demos cuenta, nuestro ambiente en el trabajo influye en nuestra estabilidad mental.
- Hazte un masaje en las manos. Si sientes que tienes tensión acumulada en los hombros y el cuello, esta es una buena manera de reducirla: presionando la palma y masajeando los dedos de la mano izquierda con el pulgar de la mano derecha , y después al contrario. Te sorprendrerá lo eficaz que puede llegar a ser.
- Evita distracciones innecesarias. Deja los asuntos personales para después del trabajo.
- Tómate una infusión relajante. Cualquier tipo de té, te ayudará a relajarte.
- Coloca plantas a tu alrededor. Las plantas tienen la facultad de crear un agradable ambiente en la oficina.
- Escucha música relajante. ¡Funciona!
Después del trabajo
- Desconecta. Disfruta de tu tiempo libre, no dejes que el trabajo se inmiscuya en tu vida social y familiar. No te conviertas en un workaholic.
- Haz ejercicio. Siempre es bueno para distraerse de las obligaciones y relajar tensiones.
- Duerme y come bien. Descansar 8 horas al día, comer de forma saludable y hacer todas las comidas es fundamental para una salud mental y física saludable.
Así que no dejes que el estrés laboral se apodere de tí. Si has decidido tomarte unas vacaciones disfrútalas, si tienes familia, pasa tiempo con ella, y por supuesto, no dejes de lado tus relaciones sociales.