En artículos anteriores hablábamos de tipos de empleadores, de líderes e incluso de gefes. Hoy es momento de hablar de algunos jefes pocos deseados, los jefes tóxicos.
Lejos de aquel idílico artículo en el que hablábamos de los nuevos Gestores de la Felicidad (GEFES), hoy toca volver a atrás y hablar de los jefes tóxicos. Quedan pocos, pues los tiempos cambian y con ello lo hacen las personas y las organizaciones, pero aún así, aún hay algunos jefes tóxicos.
Un jefe tóxico es aquel que, bajo su posición de líder, considera que es libre para tratar mal a sus empleados. Los infravalora, les exige y genera mal clima laboral.
7 Señales para detectar a un jefe tóxico
Y para evitar ser un empleado frustrado y sufrir el síndrome burnout nosotros te contamos cómo detectar a un jefe tóxico, para poder hacerle frente a la situación.
- ¿Tu jefe grita más de lo normal? Cuando toda la comunicación interna se realiza a gritos y con malos modales es un síntoma claro de que algo no funciona. Esto puede afectar al clima laboral de la organización.
- No saben comunicar, no saben transmitir las necesidades de la organización o las suyas propias. Eso es un problema, puesto que al no saber compartir sus necesidades, se frustran cuando el resto no le complace.
- Son inflexibles. Son cerrados, temen mucho miedo al cambio y sobre todo, son controladores. Nunca tendrán ideas novedosas. Los jefes tóxicos aplican aquello de «más vale malo conocido, que bueno por conocer».
- Los jefes tóxicos buscan objetivos inalcanzables. Y si no los consiguen, la culpa siempre será de los empleados.
- Además, otra señal clara de que un jefe es tóxico es que están llenos de perjuicios. Sus comportamientos son totalmente discriminatorios.
- No son nada creativos. Son incapaces de reconocer el talento de los empleados y no explotan la creatividad de los mismos, por eso consiguen, que el trabajo sea rutinario y muy aburrido.
- La cualidad más destacable es la mala gestión del tiempo. Los jefes tóxicos no saben gestionar el tiempo, por lo que son incapaces de priorizar las tareas, pagando esta mala gestión del tiempo sus subordinados.
Así que si tu jefe se identifica con muchas de estas cualidades, ¡cuidado! Podrías tener un jefe tóxico. Quizá lo primero que debería hacer es aprender a gestionar el tiempo, con herramientas como Sesame, los jefes serán más flexibles y mejorarán su organización.