Hay afortunados que viven al lado del trabajo, por lo tanto, poco les cuesta llegar desde sus casas, bien andando o en bicicleta.
Pero después, existe un gran porcentaje de la población que permanece largos trayectos en transporte público. ¿Es tiempo que perdemos? En muchos casos, puede considerarse como tal, pero si nos gestionamos bien el tiempo, puede tratarse de tiempo que ganamos para realizar determinadas tareas. Todo se centra en pensar que es tiempo que pasamos solos, nadie nos molesta. Así que os damos algunas indicaciones de qué hacer el tiempo que pasamos esperando llegar a nuestro destino:
- Terminar tareas pendientes: o bien de camino al trabajo o bien de vuelta, siempre hay algún correo que no hemos contestado, o algún informe por revisar. Viéndolo bien, es trabajo que nos quitamos para cuando lleguemos, y poder dedicar ese tiempo a otras tareas.
- Aprovechar para relajarnos, meditar y recargarnos de energía. El «Mindfulness» es una iniciativa que no viene nada mal.
- La música siempre es un buen acompañante en este tipo de trayectos. Podemos optar por música relajante en caso de estar pasando una temporada estresante, o, si vamos bastante dormidos a trabajar, escuchar música con un poco de energía para terminar de despertarnos.
- Cuando estamos en casa no encontramos el momento oportuno para coger ese libro, siempre hay mil cosas que hacer que se anteponen a la lectura. Ese es uno de los motivos por los que la mayoría de gente que vemos en transporte público llevan un libro entre las manos. Sé tú uno de ellos.
- Cada vez están más de moda los «podcasts». Descárgate algunos de tu interés y escúchalos de camino a casa o al trabajo. Parece que están sustituyendo a la radio.
- El móvil siempre es el complemento perfecto para luchar contra el aburrimiento en cualquier lugar: contestar algunos mensajes y revisar las redes sociales son la forma preferida de pasar el tiempo de la mayoría de los usuarios.
- Y, cómo no, dormir. Ganarle esa media hora de sueño al despertador que nos había faltado por la noche. ¡Eso sí: si somos conscientes de no pasarnos de estación!
¿Nos dejamos alguna? ¿Cuánto tiempo pasáis «viajando» al trabajo?