Espacios perfectos para trabajar

Últimamente no dejamos de leer artículos acerca de cuál es la oficina perfecta para trabajar. Lo que es cierto es que no existe una única modalidad de oficina, ya que depende de las características del negocio, de dónde quieran ubicarlo, de las necesidades, si recibe visitas de clientes o no, del estilo. Pero sí que existen ciertas pautas que son generales para cualquier empresa, y que, de cumplirlas, muy probablemente se mejoraría la calidad en el trabajo (y en la vida) de los empleados.

Vamos a hacer un repaso por las que creemos imprescindibles:

  • Mobiliario: una posibilidad que hace unos años habría resultado impensable pero que ahora resulta imprescindible es que el mobiliario pueda ser cambiado de sitio dependiendo de las necesidades de cada momento. Tanto si se necesita trabajar individualmente, como para colaborar con un compañero o unir varias mesas y trabajar en equipo. Que las sillas y las mesas incorporen ruedas es algo imprescindible.
  • Distribución de los espacios. Para que el punto del mobiliario sea posible, el espacio de trabajo debe de ser diáfano para poder redistribuirlo con facilidad. Nos estamos alejando cada vez más de los antiguos cubículos en los que cada persona trabajaba de forma totalmente aislada.
  • Sala de reuniones.
  • Un espacio al que no se le da toda la importancia que debería es la cocina, ya que no es simplemente el lugar al que acudimos para comer, sino que allí se cierran grandes ideas y colaboraciones).
  • La luz natural. Está demostrado que aumenta de forma considerable la productividad de quiénes tienen una ventana que les proporciona luz natural directa.
  • Disponibilidad de pizarras o paneles donde apuntar las ideas o las tareas programadas para el día.
  • Sitio de descanso/relax. Debe de existir un punto (preferible con sofá). Parece una idea un tanto extraña pero en Google los empleados tienen acceso a unas «cápsulas para siesta». Por lo visto dormir un rato hace que refresquemos nuestras ideas para volver a trabajar siendo más productivos.
  • Huir de espacios monocromáticos. Podemos aprovechar las propiedades que tienen los colores en el estado de ánimo de las personas: por lo visto el azul estimula el intelecto, el amarillo inspira creatividad y el verde aporta tranquilidad y equilibrio.
  • Que exista la posibilidad de colaboración y trabajo en equipo, tan valorada. Lo que beneficia la comunicación y también la salud de los empleados.
  • Un espacio con opción de ser personalizado por los empleados. Un punto a favor del employer branding. Poder cambiar cada cierto tiempo la imagen del sitio en el que pasamos tantas horas al día es imprescindible para potenciar la creatividad.
  • La presencia de plantas en un lugar de trabajo reduce el estrés y mejora la calidad del aire.

 

Últimamente no dejamos de leer artículos acerca de cuál es la oficina perfecta para trabajar. Lo que es cierto es que no existe una única modalidad de oficina, ya que depende de las características del negocio, de dónde quieran ubicarlo, de las necesidades, si recibe visitas de clientes o no, del estilo. Pero sí que existen ciertas pautas que son generales para cualquier empresa, y que, de cumplirlas, muy probablemente se mejoraría la calidad en el trabajo (y en la vida) de los empleados.

Vamos a hacer un repaso por las que creemos imprescindibles:

  • Mobiliario: una posibilidad que hace unos años habría resultado impensable pero que ahora resulta imprescindible es que el mobiliario pueda ser cambiado de sitio dependiendo de las necesidades de cada momento. Tanto si se necesita trabajar individualmente, como para colaborar con un compañero o unir varias mesas y trabajar en equipo. Que las sillas y las mesas incorporen ruedas es algo imprescindible.
  • Distribución de los espacios. Para que el punto del mobiliario sea posible, el espacio de trabajo debe de ser diáfano para poder redistribuirlo con facilidad. Nos estamos alejando cada vez más de los antiguos cubículos en los que cada persona trabajaba de forma totalmente aislada.
  • Sala de reuniones.
  • Un espacio al que no se le da toda la importancia que debería es la cocina, ya que no es simplemente el lugar al que acudimos para comer, sino que allí se cierran grandes ideas y colaboraciones).
  • La luz natural. Está demostrado que aumenta de forma considerable la productividad de quiénes tienen una ventana que les proporciona luz natural directa.
  • Disponibilidad de pizarras o paneles donde apuntar las ideas o las tareas programadas para el día.
  • Sitio de descanso/relax. Debe de existir un punto (preferible con sofá). Parece una idea un tanto extraña pero en Google los empleados tienen acceso a unas «cápsulas para siesta». Por lo visto dormir un rato hace que refresquemos nuestras ideas para volver a trabajar siendo más productivos.
  • Huir de espacios monocromáticos. Podemos aprovechar las propiedades que tienen los colores en el estado de ánimo de las personas: por lo visto el azul estimula el intelecto, el amarillo inspira creatividad y el verde aporta tranquilidad y equilibrio.
  • Que exista la posibilidad de colaboración y trabajo en equipo, tan valorada. Lo que beneficia la comunicación y también la salud de los empleados.
  • Un espacio con opción de ser personalizado por los empleados. Un punto a favor del employer branding. Poder cambiar cada cierto tiempo la imagen del sitio en el que pasamos tantas horas al día es imprescindible para potenciar la creatividad.
  • La presencia de plantas en un lugar de trabajo reduce el estrés y mejora la calidad del aire.