Es una realidad que desde hace unos cuantos años nos encontramos en un entorno laboral «VUCA». Traduzco:
Estas siglas en inglés hacen referencia a lo que caracteriza el medio actual:
Volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad.
Los empleos y oportunidades cambian con rapidez, lo que nos genera incertidumbre sobre el futuro. Al mismo tiempo, las variables económicas, sociales, etc cada vez son más complejas y las relaciones entre estas pueden tener multitud de significados o puntos de vista.
La incertidumbre en el entorno VUCA
La idea que se tenía de conservar un trabajo para siempre cada vez es más débil. Según un estudio de la consultora McKinsey:
Los millenials tendrán una media de 11 trabajos diferentes a lo largo de su vida. (McKinsey. Retina).
La incertidumbre afecta a nuestra salud mental, provocando miedo al no poder controlar lo que va a suceder. Esto da lugar a dificultades para tomar decisiones y empeora la imagen del propio profesional disminuyendo su autoestima de cara a la búsqueda de nuevos empleos.
Es por ello que tal como se aprecia el cambio en el entorno, se espera un cambio del profesional. Se necesita capacidad de reacción y una sólida actitud de cara al futuro. Si tomamos las riendas, podemos convertirla en un valioso poder que nos diferencie.
Aprovechar la incertidumbre como ventaja competitiva
Afrontar la incertidumbre de forma que nos empodere convertirá este aparente problema en una ventaja competitiva. La clave puede resumirse en dos palabras: actitud y acción.
- Sé positivo. Es una oportunidad para crecer y ganar conocimiento.
- Sé proactivo. Demuestra que tienes un plan de carrera.
- Demuestra tu capacidad de adaptarte al contexto.
- Ten capacidad de reinvención. Sigue formándote en nuevos campos.
Si tenemos una propuesta de valor clara y mostramos seguridad, nos convertiremos en profesionales sólidos que nos dará confianza no solo de cara al público, sino también para nosotros mismos.
¡No hay duda!