Si ayer os contábamos en qué consiste el Principio de Peter y las formas de combatirlo, hoy vamos a hacer hincapié en analizar las características de los empleados incompetentes, consecuencia de ascensos indebidos y para los que no estaban preparados, según el ya explicado Principio de Peter.
8 características del empleado incompetente
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Son indisciplinados
Llegar 10 minutos tarde como norma general y alargar el tiempo de la comida son algunas de las prácticas habituales de los empleados incompetentes, que dan cuenta de su falta de disciplina en el ámbito laboral, y por ello se consideran personas muy poco productivas.
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Hábiles para escaquearse
Los trabajadores incompetentes presentan cientos de excusas, en las que por cierto son muy creativos, para librarse de su trabajo.
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Ignoran las instrucciones
Asienten en las explicaciones pero a la hora de realizar su trabajo se guían por su propio instinto y desarrollan las labores a su antojo. Esto repercute negativamente sobre productividad laboral de los empleados, que dedican su tiempo a hacer tareas inservibles para la organización.
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Nula proactividad
No tienen iniciativa propia, solo actúan por instrucción y no aportan nada nuevo a la empresa. Son personas que nunca salen de su zona de confort, asumiendo solo tareas mecánicas y conocidas por ellos.
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Dependencia del móvil y otras vías de comunicación
El trabajador dedica su jornada laboral a comunicarse constantemente, responder correos y llamadas pero sin llegar a ser productivo en tus labores.
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Papirofobia
En este caso la mesa del trabajador está siempre limpia y da la impresión de que realiza sus trabajos con rapidez.
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Desorganizado
El empleado incompetente tiende a acumular grandes cantidades de documentos, papeles, archivos en su mesa, que nunca utiliza dando la imagen de tener un exceso de trabajo.
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Obsesión con el orden
Por el contrario, hay empleados icompetentes que tienen completa obsesión con la clasificación de documentos, de hecho, dedica su tu tiempo laboral a ordenar papeles e intentar mantener el orden.
Estos son algunos de los síntomas del trabajador incompetente, afectados por el Principio de Peter. Si bien, ser competente o no, depende de uno mismo, de su talento y su perseverancia en el aprendizaje. El problema es que muchos trabajadores se niegan a renunciar a un ascenso aun sin verse preparados para ello por el incentivo económico que este les proporciona. Entonces, es cuando se reduce su rendimiento y dejan de ser productivos para la empresa, es decir, se convierten en empleados incompetentes.