Formas de delegar responsabilidades en el trabajo

Djile || Shutterstock

¿Te has preguntado alguna vez porque algunas personas de tu equipo responden muy bien a la delegación de funciones y otras se quedan desorientadas cuando les otorgas ciertas responsabilidades?

La respuesta a esta pregunta la encontramos en los modelos de liderazgo de Paul Hersey y Ken Blanchard, que señalan en su teoría de liderazgo situacional, que el estilo con el que un mando debe relacionarse con las personas de su equipo, debe adaptarse al nivel de predisposición de sus subordinados.

Es por ello que según este modelo, existen 4 formas de aprender a delegar responsabilidades en el trabajo, que dependen del nivel de participación e implicación del empleado en la organización, y de las que dependerá la consecución de resultados exitosos. Es decir, depende de la persona con la que trates debes de delegar de una forma u otra.

¿Qué estilos para delegar funciones en el trabajo podemos adoptar?

1er nivel: ESTILO DIRECTIVO. Consiste en dar órdenes o dirigir. Es cuando el líder expone claramente como quiere que se hagan las cosas y los resultados que se deben conseguir con ello. En este caso, el mando da prioridad a las tareas sobre las personas. Es decir, el líder se preocupa sobre todo de que el trabajo se haga de forma efectiva.

2do nivel: ESTILO PERSUASIVO. Es decir, el jefe debe encontrar un equilibrio entre su propio interés en relación a las tareas, con el de las personas a las que dirige. Se trata de decir como hay que hacer las cosas, pero simultáneamente de iniciar diálogos y de motivar al empleado a participar y preguntar con el objetivo de que conozca bien la tarea que va a realizar y sobre todo como afectará a todo su entorno. De esta manera, le hacemos ver que esa tarea se debe realizar, no por el propio mandato en sí, sino porque va a impactar de manera positiva, en el resto de partes de la organización. Así, conseguimos que la persona sea más participativa y se sienta formar parte de la organización para la que trabaja.

3er nivel: ESTILO PARTICIPATIVO. Aquí, el empleado debe participar en la toma de decisiones en relación a lo que sea que vamos a delegar. Es decir, priorizamos la relación que tenemos con las personas y reducimos el interés de las tareas en sí mimo. Para ello, nos sentamos, diseñamos y consensuamos conjuntamente la mejor forma de conseguir los resultados deseados.

A este nivel participativo, llegaremos una vez hayamos conseguido mucha confianza con el empleado, ya que previamente, en los niveles anteriores habremos ido conociendo a la persona y descubriendo si es una persona creativa, como suele reaccionar ante los retos…

4to nivel: DELEGACIÓN TOTAL. En este nivel, otorgamos la responsabilidad y libertad total a la otra persona. Lo único que debemos hacer es sentarnos con ella y definir metas, tiempos, presupuestos… Después de esto nos retiramos y la persona se deberá encargar de manera autónoma del equipo, las tareas y los resultados.

La mejor forma de delegar tareas en el trabajo

Evidentemente, como jefe nuestro objetivo será conseguir poder utilizar el ESTILO DELEGACIÓN con todos nuestros trabajadores, es decir tener la confianza total en una persona que responde y a la cual podemos delegarle cualquier cosa. Pero este nivel, también será algo fantástico para el mismo empleado que pasará a ser autónomo totalmente y a disfrutar de una maravillosa sensación de libertad por poder ser dueño de su trabajo, con lo que su nivel de implicación y participación pasará a ser total.

En definitiva nuestro objetivo es que nuestros empleados se sientan totalmente independientes, pero alineados con las direcciones que les hemos dado, consiguiendo así los resultados que perseguimos.

No obstante, tengamos claro que con las 4 formas de delegar responsabilidades en el trabajo podemos obtener buenos resultados, pero la forma de conseguirlos será diferente, como hemos visto.

En conclusión, con cada persona de nuestro equipo debemos ir superando los niveles de delación uno a uno, teniendo claro en cada momento el estilo que debemos utilizar con cada persona en función de su momento. Como líder pregúntate en cada momento ¿A quién estás delegando? ¿Cuál es el tipo de liderazgo que aplicas cuando obtienes los mejores resultados? ¿Por qué no obtengo resultados con x persona?. Quizá descubras que no estás aplicando el estilo o forma de delegar responsabilidades adecuado.

¿Te has preguntado alguna vez porque algunas personas de tu equipo responden muy bien a la delegación de funciones y otras se quedan desorientadas cuando les otorgas ciertas responsabilidades?

La respuesta a esta pregunta la encontramos en los modelos de liderazgo de Paul Hersey y Ken Blanchard, que señalan en su teoría de liderazgo situacional, que el estilo con el que un mando debe relacionarse con las personas de su equipo, debe adaptarse al nivel de predisposición de sus subordinados.

Es por ello que según este modelo, existen 4 formas de aprender a delegar responsabilidades en el trabajo, que dependen del nivel de participación e implicación del empleado en la organización, y de las que dependerá la consecución de resultados exitosos. Es decir, depende de la persona con la que trates debes de delegar de una forma u otra.

¿Qué estilos para delegar funciones en el trabajo podemos adoptar?

1er nivel: ESTILO DIRECTIVO. Consiste en dar órdenes o dirigir. Es cuando el líder expone claramente como quiere que se hagan las cosas y los resultados que se deben conseguir con ello. En este caso, el mando da prioridad a las tareas sobre las personas. Es decir, el líder se preocupa sobre todo de que el trabajo se haga de forma efectiva.

2do nivel: ESTILO PERSUASIVO. Es decir, el jefe debe encontrar un equilibrio entre su propio interés en relación a las tareas, con el de las personas a las que dirige. Se trata de decir como hay que hacer las cosas, pero simultáneamente de iniciar diálogos y de motivar al empleado a participar y preguntar con el objetivo de que conozca bien la tarea que va a realizar y sobre todo como afectará a todo su entorno. De esta manera, le hacemos ver que esa tarea se debe realizar, no por el propio mandato en sí, sino porque va a impactar de manera positiva, en el resto de partes de la organización. Así, conseguimos que la persona sea más participativa y se sienta formar parte de la organización para la que trabaja.

3er nivel: ESTILO PARTICIPATIVO. Aquí, el empleado debe participar en la toma de decisiones en relación a lo que sea que vamos a delegar. Es decir, priorizamos la relación que tenemos con las personas y reducimos el interés de las tareas en sí mimo. Para ello, nos sentamos, diseñamos y consensuamos conjuntamente la mejor forma de conseguir los resultados deseados.

A este nivel participativo, llegaremos una vez hayamos conseguido mucha confianza con el empleado, ya que previamente, en los niveles anteriores habremos ido conociendo a la persona y descubriendo si es una persona creativa, como suele reaccionar ante los retos…

4to nivel: DELEGACIÓN TOTAL. En este nivel, otorgamos la responsabilidad y libertad total a la otra persona. Lo único que debemos hacer es sentarnos con ella y definir metas, tiempos, presupuestos… Después de esto nos retiramos y la persona se deberá encargar de manera autónoma del equipo, las tareas y los resultados.

La mejor forma de delegar tareas en el trabajo

Evidentemente, como jefe nuestro objetivo será conseguir poder utilizar el ESTILO DELEGACIÓN con todos nuestros trabajadores, es decir tener la confianza total en una persona que responde y a la cual podemos delegarle cualquier cosa. Pero este nivel, también será algo fantástico para el mismo empleado que pasará a ser autónomo totalmente y a disfrutar de una maravillosa sensación de libertad por poder ser dueño de su trabajo, con lo que su nivel de implicación y participación pasará a ser total.

En definitiva nuestro objetivo es que nuestros empleados se sientan totalmente independientes, pero alineados con las direcciones que les hemos dado, consiguiendo así los resultados que perseguimos.

No obstante, tengamos claro que con las 4 formas de delegar responsabilidades en el trabajo podemos obtener buenos resultados, pero la forma de conseguirlos será diferente, como hemos visto.

En conclusión, con cada persona de nuestro equipo debemos ir superando los niveles de delación uno a uno, teniendo claro en cada momento el estilo que debemos utilizar con cada persona en función de su momento. Como líder pregúntate en cada momento ¿A quién estás delegando? ¿Cuál es el tipo de liderazgo que aplicas cuando obtienes los mejores resultados? ¿Por qué no obtengo resultados con x persona?. Quizá descubras que no estás aplicando el estilo o forma de delegar responsabilidades adecuado.