Cada vez más de moda en el mundo empresarial las «metodologías ágiles«, han llegado para quedarse y suponen un antes y un después en el modo de trabajar y organizarse. Y es que aprender ágilmente es actualmente indispensable para competir y sobrevivir.
Hace años hacían falta planes estratégicos, luego pasaron a ser necesarios los planes de innovación, ahora se ha descubierto que ante los continuos cambios lo que se requieren son Planes Estratégicos de Aprendizaje, o lo que comúnmente se llama Agile Learning, es decir transferir los métodos ágiles para la gestión de proyectos (como Scrum) a los planes de formación en la empresa.
Consejos para implementar la metodología ágil en la formación
Formación de la dirección. Cada directivo será un CLO
Los cabezas de equipo deben tener la responsabilidad de que las personas con las que trabaja contribuyan a innovar y a aportar valor a la empresa y no solamente centrarse en los resultados económicos.
Para ello, el líder, debe ser el primero en mantener una actitud abierta al aprendizaje, actualizarse continuamente y trasmitir esta necesidad activamente a sus trabajadores, para que ellos también sean los que deseen aprender y con ello colaboren a aportar visiones novedosas necesarias para la adaptación continua.
Además cada mando debe realizar la función de Chief Learning Officer guiando a las personas de su equipo en sus planes de capacitación y desarrollo personalizados para el futuro.
Reuniones de formación
Incorporar a las reuniones de equipo conversaciones habituales sobre las novedades en el aprendizaje que se deben incluir para no quedarse obsoletos y contribuir a la creación de un futuro prometedor para la compañía.
Es decir, hablar más sobre estrategia, innovación y actualización y no solamente de las urgencias y problemas del día a día.
Aprendizaje en el salario
Además de cobrar por el trabajo que se realiza y la consecución de objetivos, sería interesante que se comenzara a remunerar a los empleados por aprender y aplicar lo aprendido, ya que esto demuestra claramente el compromiso del trabajador con la organización.
Es decir, parte del sueldo de los trabajadores podría ir destinado a recompensar a los trabajadores que demuestren que han aprendido conocimientos y habilidades estratégicos para el futuro de la empresa.
En conclusión, las empresas deben comenzar a colocar la cultura corporativa de aprendizaje continuo de sus equipos como centro de su visión estratégica a largo plazo, con el objetivo de asegurar la adaptación continua y con ello un futuro prometedor para sus organizaciones.