La retribución flexible está desplazando al sueldo fijo a un segundo plano. La nómina, tal y como la conocemos podría tener los días contados debido al incipiente cambio laboral que se avecina.
Los nuevos modelos de remuneración están encaminados a satisfacer directamente las necesidades del los trabajadores, tienden a personalizarse y sirven además, como factor de motivación y retención de los empleados.
La retribución flexible ha venido para quedarse, ya que, en época de crisis ha servido a los empresarios para suplir la no subida de sueldos, incrementando sin sumar un euro la retribución de los trabajadores. Su carácter es voluntario y no puede superar el 30% de salario bruto.
La filosofía de la retribución flexible consiste en cómo retribuir mejor al mismo coste.
Ventajas de la retribución flexible
- Aumenta la motivación laboral de los trabajadores.
- Favorece a las empresas con ventajas salariales y ahorros fiscales.
- Se adapta la compensación a las necesidades y preferencias de cada empleado.
- Mejora la comunicación de la retribución total.
Inconvenientes de la retribución flexible
- Exige un consentimiento mutuo para que pueda aplicarse.
- Podría generarse un clima laboral desfavorable entre los trabajadores si no se ejecuta un correcto plan de comunicación para evitar la falta de información.
- Los excesos al margen de la ley, que no responden a los verdaderos objetivos de la retribución.
- El salario fijo sigue siendo el modelo de remuneración mejor valorado por los trabajadores.
Para que los beneficios de la retribución flexible resulten más atractivos que los inconvenientes es preciso que, desde los departamentos de recursos humanos se tenga en cuenta que, a día de hoy, en las empresas conviven distintas generaciones, por lo que las formas de compensación se deben adaptar a las necesidades individuales de cada uno. De este modo, los trabajadores con hijos tendrán preferencia por el cheque guardería, mientras que otros prefieran una plaza de parking o un cheque transporte.
El futuro de la retribución está en la flexibilidad y en el diseño personalizado y adaptado a las necesidades particulares de cada trabajador, quien además, exige implicarse en la decisión de su paquete retributivo. Si bien, debe primar la comunicación y la transparencia en las empresas para que la puesta en marcha de estos sistemas sea un éxito y aporte beneficios a ambas partes.