El mirar hacia atrás por el espejo retrovisor sin quitar la vista del frente tiene una enorme potencia porque contextúa lo pasado en función de tu presente y futuro. Siempre me ha gustado la metáfora del espejo retrovisor. El retrovisor te permite encuadrar lo que está pasando en otro espacio y momento para que influya en tu presente pero sin quedarte anclado en lo que pasa en tu espalda. De ahí, la utilización del coaching con espejo retrovisor, es decir, que en el proceso de coaching existan temáticas a mirar en relación a tu ruta pero solamente limitada en un hipotético espejo retrovisor. Con esta metáfora intentamos luchar por la tendencia habitual de entrar en un bucle con problemática que influye en el coaching pero que no es su objetivo, pues como decía François Mauriac ¡Qué poco cuesta construir castillos en el aire y que cara es su destrucción! Son problemáticas del pasado que constituyen significados actuales pero que es un mundo per se, y que el despliegue en la sesión nos acarrea introducirnos en laberintos emocionales de difícil salida. Se trata de reconocer la temática pero no entrar en resolverla, ya que no es objeto del coaching y puede desvirtuar su contexto aplicativo actual.
Hay sobre todo tres temáticas que suelen darse en el coaching y que hay que utilizar. La metáfora del espejo retrovisor que está relacionada con tres ámbitos que influyen en el foco del coaching y son: la educación familiar, la relación de pareja y el entorno de referencia informal, dichos asuntos al no ser que sean capital en el coaching hay que trabajarlo con el espejo retrovisor. No perderles de vista porque en algún momento nos puede adelantar y condicionar nuestro presente, pero no son protagonistas de nuestra ruta por delante. Vamos a analizar cada una de estas problemáticas, pues como la música “tech house” de la segunda mitad de los años 90 lo importante es la fusión y no la secuencia, no se trata de escuchar un tipo de música y otro, sino de cómo suena la mezcla de la música tech con la música house.
Ámbito del coaching: La educación familiar.
La educación familiar es una realidad que configura tu presente y que de vez en cuando hay que mirarla por el espejo retrovisor. Propongo el adjetivo familiar porque la educación en su mayoría se troquela en el crisol de los valores que se transmiten por osmosis en el contexto familiar. Cuando los anglosajones hablan de tu BHAG (Big Hairy Audacious Goals) es decir, de tus grandes metas audaces sale la educación familiar como su incitador fundamental. En el libro actual de la psicóloga Angela Duckworth denominado “Grit: el poder de la pasión y la perseverancia” nos analiza el poder de la “crianza” en la configuración de la cultura del esfuerzo en un profesional. Y nos habla del término inglés PARENTING que procede del latín y significa “alumbrar” es decir de cómo los padres alumbran valores, competencias y formas de mirar que posteriormente influyen en la caracterización caracterológica de un profesional adulto.
Angela Duckworth nos posibilita este esquema que suelo utilizar cuando miro por el espejo retrovisor la crianza del coachee:
Hay dos ejes, el eje horizontal se basa en el nivel de exigencias de los padres (poco exigentes a exigentes) y en el eje vertical el nivel de solidaridad o respeto a sus hijos (solidarios-insolidarios). Y salen los cuatro estilos de parenting en una crianza.
Que el estilo de padres sensatos a padres autoritarios les separa el respeto y que entre los padres sensatos y permisivos les separa su nivel de exigencia. Este esquema me sirve para evaluar con el espejo retrovisor la crianza como temática influyente en el coaching que estoy haciendo.
Ámbito del coaching: La relación de pareja.
En segundo lugar, está la relación de pareja que tanto influye por su ausencia, por su tipología como por su inestable equilibrio constante. Hay una frase que me encanta del escritor y anarquista francés Emile Armand propagandista del amor libre que dice “lo provisional amenaza con transformarse en definitivo, y lo definitivo amenaza de no dejar de ser más que algo provisional”. La relación de pareja estable no deja de ser provisional e igualmente la relación de pareja provisional puede ser de enorme estabilidad. Esta problemática hay que mirarla por el retrovisor con un esquema transformador también en dos ejes.
El eje del nivel de compromiso en la pareja va a evolucionar de alto a bajo nivel de compromiso y el nivel de influencia en actividades diarias de los conyugues(alto y bajo nivel de influencia).
Esta clarificación, que utilizaba hace muchos años cuando trabajé en terapia de pareja nos sirve mucho tenerla en el retrovisor para analizar la presencia de qué tipo de pareja es la que influye en el proceso de coaching. Que la diferencia entre una pareja plena de una pareja coactiva es el nivel de compromiso adquirido y que la diferencia entre una pareja plena y una acomodaticia está en el nivel de influencia que pueden tener. La pareja es un entorno omnipresente y que influye mucho en el coaching, pero que hay que tenerlo en el espejo retrovisor para que no se convierta en el protagonista de la película.
Ámbito del coaching: La referencia informal.
Y por último, está el entorno de referencia informal, es decir, donde la persona le gusta comunicar sus éxitos y fracasos y condiciona sus juicios de valor. En la película de ese gran filósofo cotidiano que es Woody Allen siempre saca conversaciones de amigos donde explica su punto de vista y justifica sus acciones. Me acuerdo aquella conversación inolvidable de ANNIE HALL cuando habla y pregunta Woody Allen esta manifestación “ A mí no me aceptaron en el ejército, fui declarado inutilísimo. Ya que, en caso de guerra, sólo podría ser prisionero”. Ese coro que escucha, pregunta y expresa no verbalmente su opinión constituye otra influencia en el coaching que hay que contextualizar con el espejo retrovisor. El entorno de referencia informal en cada persona se constituye de diferentes tipologías de actores: profesionales, amigos de toda la vida, colegas deportivos, ect… pero se caracteriza porque es donde el coach va a justificar su cambio y preguntar a las personas su viabilidad.
También tengo un esquema en mi espejo retrovisor que se basa en dos ejes de análisis. En un primer lugar estaría el eje de frecuencia de la relación con el entorno (más a menos frecuente) donde se aprecia la intensidad de la influencia del entorno de referencia. Y en el otro eje esta el nivel de poder e importancia que se da a la relación con este entorno. Esta atribución de poder puede ser frecuente o no frecuente. Para ayudar a entender este entorno de referencia informal de variopinta tipología denominamos “maestro” a la situación que influye en la configuración profesional.
Hay entornos informales muy presentes que necesita el coach para calibrar su cambio. E igualmente la frecuencia nos determina el nivel de poder del entorno informal. La cantidad y la calidad deben considerarse a la hora de catalogar a los entornos informales en nuestro espejo retrovisor.
El coaching necesita pensar en la crianza, la pareja y en el entorno de referencia informal a la hora de construir las soluciones entre el coach y el coachee. Pero necesitarán tener un esquema de interpretación en un espejo retrovisor que influye en el presente sin meternos en un análisis proceloso que nos llevaría a una terapia psicológica más que a un proceso de coaching. Como dice uno de mis autores favoritos Emmanuel Carrere “Soy libre de inventar, siempre que diga que estoy inventando”, esta metáfora del coaching con espejo retrovisor es un invento útil para evita las tentaciones humanas de arreglar la vida cuando el coaching solamente es un proceso en el ámbito profesional. Para acabar simplemente destacar que todo proceso de coaching ocurre la formula Wannabe que hace muchos años descubri en el lenguaje popular ameriano de los años ochenta. Wannabe es una contración de Want to Be (en inglés, quiero ser). En el coaching hay un efecto autodescriptivo de cada persona de presentarse como otra persona que quiere ser, y cuando se le pregunta por su crianza, pareja y entorno de referencia informal te sirve para contextualizar el querer ser con él es.
Me encanta hacer coaching con espejo retrovisor y analizar si estas temáticas pasadas, presentes y que en un momento pueden adelantarse y convertirse en futuro y cómo influyen en el proceso de coaching.
Y el coaching, ante todo es un proceso que como bien dice Ernest Hemingway “Es bueno tener un fin hacia el que viajar, pero es el viaje lo que importa, finalmente”. Y para un buen viaje hay que tener un grande y expresivo espejo retrovisor.
Fco. Javier Cantera Herrero Presidente Grupo BLC y Fundación Personas y Empresas
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