España se encuentra entre los países con menos flexibilidad laboral de Europa, por lo que conciliar la vida laboral y personal sigue siendo un problema en nuestro país.

En la actualidad hay cada vez más empresas que se adaptan a este nuevo entorno empresarial. Que apuestan por un horario flexible, con márgenes de acceso y salida, la posibilidad de llevar el trabajo a casa o la instauración de bolsas de horas recuperables. Aunque la gran mayoría de los trabajadores continúan teniendo horarios rígidos impuestos por las empresas.

En España se demandan políticas laborales basadas en la flexibilidad, y es que está comprado que los horarios más flexibles aportan beneficios a las empresas e influye en la productividad de los empleados:

  • Mejora el clima laboral, generando un ambiente positivo
  • Los trabajadores se sienten valorados y motivados por la empresa
  • Se reducen costes en las empresas en el pago de horas extras
  • Conciliación de la vida personal y laboral del empleado
  • Valoración y conservación del talento

En ocasiones, son los propios empleados quienes acaban pasando más horas trabajando por hábitos que han adquirido, como el de abandonar la oficina después del jefe. Tener acto de presencia es algo que se sigue valorando y estar delante del ordenador durante largas jornadas está bien visto. Pero esto no tiene nada que ver con la productividad ni el rendimiento.

La realidad de flexibilidad española es la que es, en parte, por la cultura laboral actual. Y es que trabajar no implica estar sentado durante largas jornadas hasta que el jefe abandone la oficina, ni aparentar ser productivo sin serlo en realidad. Hay que aplicar las políticas laborales y fomentar su cumplimiento por parte de todos los departamentos y sus empleados, y así exprimir al máximo la jornada, aumentando el rendimiento.

La realidad es que los empleados ya actúan con flexibilidad y continúan dedicándose al trabajo fuera de su horario laboral: revisando o contestando correos y  tomando decisiones incluso de vacaciones. Pero algunas empresas no confían aún en el teletrabajo y esta manera de trabajar no es una opción para ellas.

No estaría de más seguir el ejemplo de los países nórdicos como Noruega, donde la jornada laboral termina a las 17h. Tratando de aprovechar el tiempo al máximo y reducir los largos descansos u horas extras, así consiguen ser más productivos durante sus horas laborales y pueden conciliar el trabajo con su vida personal sin prácticamente ningún problema.

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