Si hay algo que está claro es que la unión hace la fuerza. El trabajo en equipo es un método infalible para la consecución de los objetivos de la empresa. Pero con ‘team building’ hablamos de una gestión de equipos pequeños, de los que trabajan codo con codo en cada proyecto. Team building significa ‘construcción de equipo’ y se trata de, a partir de una serie de actividades, conseguir que un pequeño grupo de empleados se convierta en un equipo eficaz.

Y es que un equipo unido, jamás será vencido. De ahí la importancia del team building, de realizar actividades dentro y fuera de la oficina. Pero, si ya sabemos la teoría, ¿cómo lo llevamos a la práctica? ¿Cómo construimos equipo?

1. Conoce a tu equipo. Y descubrir en conjunto las grandes hazañas de cada uno. Sus ambiciones, su forma de trabajar. Que es lo que tenéis en común y que es lo que os diferencia como grupo.

2. Brainstorming. Poner ideas en común, ver cómo piensa cada uno. No hundir a ningún miembro, complementar con otras ideas, las ideas de los demás. Se trata de ir acoplando las piezas de cada uno, fortalecer y no destruir.

3. Potencia las habilidades de cada uno. Cuando un grupo conoce su forma de trabajar , se analizan los puntos fuertes y débiles, lo mejor es potenciar lo mejor de cada uno. Dejarles fluir en aquello que mejor se les da. Equilibrar los roles y cubrir cada fase con lo que destaca cada uno. Cooperar y ‘echar una mano’ como base para la satisfacción del trabajo en grupo.

4. Happy hour en la oficinaNo hay una mejor actividad para construir team building que implementar la happy hour. Pero que no se vaya de las manos, establecer un principio y un final. Inspirarse en la misma oficina de una forma más empática y sentirse como en casa. Fluirán las ideas y el sentimiento de unión.

5. Walking Meetings. Perfecto para grupos pequeños y evitar el descontrol. Sustituir una reunión convencional. Salir de la oficina, pasear en espacios abiertos, naturales y soleados y discutir temas de trabajo. Desconectar temporalmente de la rutina y rodearse de miles de estímulos para incrementar su creatividad. Y resolver los conflictos y problemas con una mayor rapidez.

6. Los grandes equipos no son egoístas. Compartir los logros y el éxito. Apartar el individualismo a un lado, porque poner en primer lugar al equipo, también nos hace crecer individualmente como personas.

7. Ser una familia. Creer en cada uno, apoyarse y aconsejarse mutuamente. Un buen clima es clave y, actuar como una familia aumentará el engagement entre el mismo equipo y del equipo hacia la empresa. No nos olvidemos que el apoyo mutuo y poner al equipo primero por encima de uno mismo es esencial para un buen funcionamiento.

8. Los descansos son eso: descansos. Hay que cambiar el chip, desconectar. Dejar los temas de trabajo a un lado -durante unos minutos- e integrarse con los miembros del equipo. Llegar a conocerse como una familia en el terreno profesional está bien, pero, divertirse en conjunto aumentará el sentimiento de pertinencia, la felicidad y, por ende, la productividad. No hay nada mejor que un equipo viva un proyecto y se deje la piel en él.

9. Escucharse. Hay veces que en vez de escuchar, esperamos nuestro turno para hablar. Omitimos lo que dice el resto y les restamos importancia. Y para construir team building se necesita escuchar al prójimo. Y, por supuesto, ser honestos.

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