Muy a menudo tendemos a fijarnos en una serie de empresas en las que nos gustaría trabajar o a las que admiramos por su modo de trabajo, por la figura que les lidera, por sus espacios y facilidades de trabajo…en general: por su cultura de empresa.

La pregunta es ¿cómo lo hacen? Y hemos tratado, una vez más, de acercarnos a esa respuesta, buscando los puntos en los que debemos de trabajar para que algún día la empresa en la que trabajamos se parezca a esas que tanto nos inspiran.

  • Transmitir emociones positivas. Tanto del líder hacia los empleados, como viceversa, y, por supuesto, entre los propios empleados. Deben transmitirse buenas sensaciones y mantener una actitud positiva de cara al trabajo. Las emociones de la empresa deben ser siempre positivas, de agradecimiento, de interesarse por el trabajo, de ayudar en caso que alguien lo necesite.
  • Deben de mantener, entre el equipo, una posición de compromiso. Es vital encontrar sus puntos fuertes y potenciarlos.
  • Relaciones de trabajo. El líder debe de formar equipo con sus empleados: mostrarse social y abierto con ellos. Es importante pasar tiempo juntos, y no solo en el trabajo, sino que es importante compartir tiempo de ocio fuera del mismo.
  • Que la finalidad y el significado de la empresa sea la lucha por un bien común, de forma que se ayude a mejorar algo en la sociedad. Es importante que todo el equipo confíe y crea en el proyecto, de este modo el trabajo es más fácil.
  • Que la empresa se encuentre en un progreso constante, que vaya avanzando poco a poco, superando todos los retos que vaya marcándose (los retos son imprescindibles) y sobre todo, no estancarse.
  • Ser fieles a uno mismo.
  • Enamorarse de la idea es vital.
  • Potenciar los valores de la misma es la única forma de transmitirlos.

Sería perfecto si a todo ello se le puede sumar un puesto de trabajo visualmente atractivo, comodidades, luz natural, incluso cápsulas para la siesta, pero quizás para ello tenemos que esperar un poco más.

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